En los últimos años se han multiplicado los lineales de productos ecológicos: verduras, cereales, bebidas, chocolates… sobre todo, por el aumento de la demanda y, también, porque su producción no es tan dañina para el medio ambiente.
Este tipo de productos se conocen como alimentos ecológicos, biológicos u orgánicos y se comercializan, en la mayoría de los casos, con abreviaturas como ECO, BIO u ORG. Pueden ser frescos o transformados; de origen vegetal o animal; y, se identifican con el siguiente sello.
Estos son los requisitos que deben cumplir:
- evitar el uso de pesticidas, aditivos, fertilizantes químicos o transgénicos.
- utilizar hormonas para acelerar la producción y el crecimiento de los alimentos, respetando así su ciclo de vida natural.
- proteger el bienestar animal y el medio ambiente.
¿Siempre son buenos los productos ecológicos?
No siempre son los mejores, no. Lo que en Euskadi es lo mejor, no tiene por qué serlo en otra comunidad o país, y viceversa. Por ello es conveniente aclarar ciertos matices.
- Todo lo saludable no es ecológico. El chocolate, por ejemplo, que tiene como ingrediente principal el azúcar, por muy ecológico que sea, nunca será saludable. Por lo tanto, es importante no mezclar términos.
- Consumo local. Otro de los aspectos a tener en cuenta es el origen del producto. Cuanto más cercano y menor sea la huella de carbono, mejor. ¿Hasta qué punto es ecológico un producto peruano consumido en Euskadi? Otro ejemplo gráfico es el de la quinoa, que está restringido el consumo en su país de origen (mayoritariamente se produce en Perú, Bolivia, Ecuador y Colombia) por la demanda existente en otros países. ¿No sería más ecológico y sostenible el consumo de cereales autóctonos impulsando la economía local?• Producción y comercialización. A veces, la producción y comercialización no van de la mano. Es el caso de las empresas cercanas que comercializan con productos importados de otros países como pueden ser los espárragos, los pimientos o las alcachofas, poniendo en riesgo la agricultura local.
Nuestro consejo:
- Confiar en la producción y en el comercio local.
- Volver a los mercados y comprar productos naturales y cercanos, que, aunque carezcan de etiquetas y sellos, son productos de gran calidad.
- Leer bien las etiquetas de los productos y comprobar las certificaciones.